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JUGANDO A APRENDER

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Por: Mtro. José Leonel Fernández Jasso
Este proyecto surge de mi necesidad de responder a los intereses de los niños. Al iniciar el planteamiento, antes de que este proyecto surgiera, me preguntaba: ¿Qué les gusta a los niños?, no solo a los de primaria sino de todos los niveles de educación básica.
Por: Mtro. José Leonel Fernández Jasso

Este proyecto surge de mi necesidad de responder a los intereses de los niños. Al iniciar el planteamiento, antes de que este proyecto surgiera, me preguntaba: ¿Qué les gusta a los niños?, no solo a los de primaria sino de todos los niveles de educación básica. La respuesta fue jugar. Entonces la idea de éste fue el juego con sentido formativo, no jugar para pasar el rato o entretener al niño, sino que aprenda jugando.

[dropcap background=»transparent» color=»#e71c34″ circle=»0″ size=»2″]D[/dropcap]ebo confesar que no era la primera vez que exploraba la relación aprendizaje-niño-juego… ya durante mis estudios de posgrado había dedicado más de dos años a investigar sobre ello. En ese entonces me limité a aplicar el juego en las matemáticas con los niños de primer grado de primaria para hacerles más sutil el cambio de preescolar a primaria, al parecer obtuve buenos resultados.

En otro momento, en la función como director, implementé el juego en la escuela a través de juegos tradicionales, la consigna para mis compañeros fue ¿maestro, a qué jugabas cuando eras niño?, pretendiendo mejorar la convivencia entre los alumnos, pues los conflictos estaban a la orden del día, mejoramos mucho las relaciones alumno-alumno y con agrado las de maestro-alumno también, al grado que durante varias semanas se respiraba un ambiente de armonía y no hubo un solo conflicto en la escuela, más allá de una diferencia de opiniones.

Mi inspiración para retomar esta propuesta fueron los videos que observamos en consejo técnico escolar en los que, el secretario de educación conversaba con maestros de otras regiones de México, y compartían su caso de éxito. Me dije que yo también podría compartir mi trabajo con los docentes. La otra parte de inspiración fue mi hija, tiene 3 años de edad, a quien le encantan los cantos y rondas. Al escuchar tantas versiones de una misma melodía, de la que escuche más fue “Lobo, lobo”, me percaté que las rondas pueden ser un medio para promover la interculturalidad de nuestro país reconociendo nuestra identidad como mexicanos y, por qué no, como latinoamericanos.

Al idear este proyecto, pretendí ir más allá partiendo de algunas declaraciones que comprobé en la experiencia como docente e investigador:

A todos nos justa jugar. El jugar permite a la persona adquirir destrezas, habilidades y actitudes positivas. El juego, como actividad, contiene en sí una motivación intrínseca. El juego nos permite practicar (aprender) para la vida. Aprender un juego y ganar fortalece nuestra autoestima y autoconfianza. Buscar diferentes estrategias para ganar desarrolla la imaginación y creatividad. El juego en equipo genera conciencia colectiva al buscar el beneficio de todos y convivir en armonía. El juego permite generar una adecuada gestión de nuestras emociones… entre muchas otras.

Con base en dichas premisas, planteé para el docente el siguiente objetivo: Promover los aprendizajes de los alumnos mediante el juego a la vez que, en ellos, se genera la motivación por adquirirlos. Dividiéndolo en tres líneas de acción: la escuela, los padres de familia y los maestros.

  • La escuela. Aprovechando la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana con las pausas activas, se propone destinar parte de los periodos lectivos, horas de clase, exclusivamente a jugar.
  • Los padres de familia. Enseñar a los niños los juegos que ellos jugaban: rondas, cantos, juegos de patio, juegos de mesa, etc. Para promover las tradiciones de la comunidad, con los juegos tradicionales, así como la identidad y el sentido de pertenencia.
  • Los maestros. Promover la creación de redes de colaboración entre docentes para acrecentar los acervos de juegos, y con ello promover valores y principios como la apreciación de la diversidad sociocultural, la inclusión y la equidad.
La estrategia para su implementación es muy sencilla, pudiendo siempre enriquecerse con la experiencia y creatividad del maestro:
  • Se les pide a los niños que realicen un juego en familia: con sus padres, hermanos, primos, amigos, vecinos…
  • Los niños comparten el juego con su maestra(o) y, si es el caso, le enseñan a jugarlo.
  • El maestro lo comparte con sus alumnos para que lo jueguen con sus compañeros, familiares, amigos o vecinos.
  • Los nuevos juegos, a modo de instructivo, se incluyen en una antología para que otros puedan jugarlos después. Pueden crearse muchas versiones de un mismo juego.
En la escuela, propósitos educativos:

Si cada día se destinaran al menos 15 minutos para jugar.
Los juegos promueven:

  • La sana convivencia entre los alumnos, además los grandes pueden enseñar a los pequeños, regulando su conducta y ser conscientes de ésta al cuidar del otro.
  • La reducción de casos de generación de conflictos y acoso escolar. Se considera amigos a los compañeros de juego.
  • El desarrollo de habilidades físicas, emocionales e intelectuales. Adquisición de Aprendizajes significativos.
  • Adquirir los aprendizajes establecidos en el programa de estudios o mapa curricular. Promueven la trasversalidad de aprendizajes.
  • La motivación intrínseca del estudiante por continuar aprendiendo. Favorecen la metacognición, el aprender a aprender.
Con los padres de familia, motivos para jugar en casa:

Al jugar con sus hijos incentivan:

  • La comunicación. Generar conversaciones con ellos.
  • La convivencia en familia. Acordar acciones en común, la persona se siente tomada en cuenta.
  • Las tradiciones de la comunidad. Vivir los usos y costumbres generando arraigo y sentido de pertenencia.
  • Costumbres familiares. Se vuelve parte del quehacer familiar, generando lazos más fuertes.
  • Relaciones constructivas. Reducimos la ansiedad y el estrés lo que nos permite ser más cariñosos y compasivos.
Con los maestros, formas de enseñar:

Al generar redes de colaboración compartiendo y trabajando mediante los juegos.

  • El maestro se motiva, pues sus alumnos estarán motivados. Esto facilita la diversificación de recursos para la enseñanza y la adquisición de aprendizajes relevantes.
  • Puede invertir más tiempo en actividades formativas. Se sentirá con más disposición de enseñar y aprender.
  • Fortalecerá las relaciones con sus compañeros de trabajo y sus alumnos. Lo que generará un mejor ambiente laboral combatiendo el “burn out”.
Durante el aislamiento voluntario.
  • Entre docentes: Se pueden compartir aplicaciones, para teléfono móvil o tableta, que promueven aprendizajes.
  • Para el aprendizaje en casa: Se proponen juegos para realizar en familia y/o las familias pueden proponer otros. Rondas, cantos, rimas, contar cuentos, juegos de mesa, etc.
  • Para acrecentar el acervo lúdico: Se comparten experiencias, materiales, links… entre maestros y padres de familia para conocer cuáles son los que más les gustan o disfrutan los niños para, a la vez, proponérselos a sus alumnos. Por medio de diversos medios de comunicación, plataformas y redes sociales.

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